lunes, 3 de mayo de 2010

Capitulo 4: Mi loca hermana,

Vuelve a casa y no hay nadie allí. Es raro, a esta hora, generalmente, mi mamá está cocinando algo. Pero no hoy, y tampoco veo a Tiffany. Reviso todas las habitaciones y no las encuentro, lo único que veo es una nota sobre la mesa de noche, es la letra de mi hermana.

""Mama, aunque ahora no lo entiendas no me importa, yo amo a Alberto, estoy segura de que es el hombre de mi vida, lo necesito. Me voy a vivir con él, no intentes buscarnos, al momento de leer esto seguramente ya estaremos lejos, Te quiero, Tiff"

¿Qué le pasa a esta niña? ¿Está loca? es el primer hombre que besa y ya lo quiere convertir en su esposo!! Reviso mi celular y encuentro un mensaje de ella, por lo menos la ingrata se digno en comunicarse.

"Hermanito, porfa cuida de mi mamá, hazle entender que yo ya soy grande y que puedo tomar mis propias decisiones, te quiero, cuídate"

¿Grande? ¿Tomar sus propias decisiones? definitivamente no, y "madura" no es precisamente la mejor palabra que la defina. Como buen hermano mayor sobre protector conozco el numero de sus amigas, así que no dudo en llamarlas para obtener información.

-"Hola Aleja, hablas con Luis, el hermano de Tiffany, sabes donde está ella?" pregunto un poco molesto.

-"Hola, no, no se...porque? pasa algo?" dice como si en realidad no supiera.

-"Mira, tienes que decirme donde esta Tiffany, es realmente importante, su vida podría estar en riesgo,Alberto es un pederasta, estuvo 5 años en la carcel por violar y asesinar a una niña de tu edad" tengo que mentir o no hablará.

Después de eso se convirtió en la mejor delatora que hubiera conocido: me dijo donde estaban, a donde pensaban ir, y lo que planeaban hacer: se quería casar...

Segunda parte mañana 4 de mayo

lunes, 19 de abril de 2010

Capitulo 3: las fotos

Es sábado y estoy en la revista terminando algo de trabajo, nada complicado, en realidad es una excusa para no ir a casa. Al ver que soy el único que aún está en su cubículo, Urrutia se acerca a mí y me entrega una tarjeta con una dirección.

- “Necesito que vaya allá ahora mismo y me tome unas fotos” dice casi gritando “las necesito para esta tarde”.
- “Pero es un desfile de modas” le respondo, como si eso cambiara en algo la orden.

No me dice nada, simplemente se da la vuelta y camina hasta su oficina haciendo una escala en la cafetera. Urrutia es un buen jefe, lo admito, he aprendido muchas cosas de él. Pero hay veces que es realmente insoportable.

Pero bueno, ordenes son ordenes y hay que cumplirlas. No estoy para darme el lujo de quedar sin trabajo. Lo veo por el lado positivo: mujeres bonitas, tal vez en ropa interior. Lo único que tengo que hacer es tomar unas cuantas fotos.
Llego al lugar del evento y entre codazo y codazo logro obtener un buen lugar. Ya estoy listo, en unos cuantos minutos iniciará el desfile. Suena la música, los reflectores se encienden y las modelos desfilan. No está tan mal, están vistiendo baby doll. 

Fotos, fotos y más fotos. Tienen talento: todo el público masculino esta con la boca abierta, ellas lo disfrutan, se alimentan del morbo ajeno. Es increíble que alguien crea que los diseños son los protagonistas. ¿A quién le interesa la clase de tela que o la técnica utilizada? A mí no.

Después de media hora mi trabajo está hecho, me preparo para volver. Sin embargo, veo algo que me llama la atención. Es el mechudo, JPeace, ¿Estaré destinado a verlo hasta en la sopa? Espero que no me vea y ni se le ocurra saludarme. Pero no está solo: al lado suyo hay una modelo. Están hablando y riendo. Hay que reconocer que tiene talento con las mujeres.

Le coge las manos, le acaricia la cara, le habla al oído y la besa: Primero el cuello, ahora la boca. Esto merece una foto. Antes de que se dé cuenta que lo he fotografiado, decido alejarme lo que más pueda del par de tortolitos. 

No puedo creer que sea tan miserable. Es novio de Irem, la mujer que cualquier hombre desearía! ¿Por qué tiene que engañarla? Si antes pensaba que JPeace era un imbécil, ahora estoy convencido de que el no merece que alguien lo ame.

Llego a la oficina, enciendo el computador, conecto la cámara y paso todas las fotos que había tomado. En una misma carpeta está el mechudo besando a Irem y a la modelo. ¿Qué debo hacer con los archivos?
Pienso en el gran dolor que le causaría a ella ver cómo su novio la engañaba, se notaba que lo quería. Pero también pienso que es injusto que no sepa la verdad. Ella debe saber lo que está pasando. 

Abro el correo, escribo su dirección, adjunto las fotos que les tomé en la entrevista y las del desfile de modas. Sé que le va a doler, y sé que en parte será por mi culpa. Pero lo tengo que hacer, es por su bien. Pienso en escribir un mensaje en el cuerpo del correo pero no sé qué ¿“Mira a tu novio con otra”? Definitivamente no. También pienso en que JPeace me odiará desde ese momento, pero eso es lo de menos. Por lo menos el odio será mutuo.

Es hora de dar click en “Enviar”, lo hago. No sé cuando Irem mirará lo que le envié, pero espero que sea pronto. Quiero que sea pronto para que no siga confiando en él, para que no lo siga besando ni amando, no se lo merece. Las fotos estarán al frente de los ojos sollozos de Irem, será ella quien decida qué sigue.

sábado, 17 de abril de 2010

Capitulo 2: la cita

Ahora estamos sentados los tres, el mechudo ordena un jugo de mandarina, Irem pide uno de naranja y yo de limón para seguir con los cítridos. No sé que preguntar, yo me había preparado para coquetear, no para escuchar los discursos verdes de un activista. Pero trabajo es trabajo, así que me esfuerzo porque el artículo sobre el derecho a una muerte digna de los animales quede lo mejor posible.

“Porque los animales también tienen alma” me dice JPeace adivinando que creo que está más loco que una cabra…

Ahora que estoy sentado al frente de Irem me doy cuenta que su mirada es especial, no puedo dejar de verla.
Pero es claro que hay idiotas muy afortunados: con un largo beso (con lengua y todo, quería vomitar) me doy cuenta que son novios. Como si fuera poco, Jpeace se atrevió a pedirme que les tomar una foto con el pose mas cursi que hubiera visto en mi vida.

“¿Me la envías a mi correo?” me preguntó Irem. “Mira este es mi MSN, agrégame como me agregaste en Facebook y me sigues en Twitter”.

Aprovecho que están los dos muy “encarameladitos” para preguntarles hace cuanto se conocieron, soy chismoso por naturaleza.

“Fue hace dos meses en un protesta por el calentamiento global” me respondió JPeace. “Desde el primer momento que la vi me gusto”

“Imbécil, a mí también me gustó desde la primera vez que la vi!!” pensé decirle, pero no lo hice por obvias razones…

“A mí me gustó la fuerza que tiene, Juan Pablo sabe cómo exigir sus derechos, y su amor por los animales me encantó” dijo Irem

Llevamos media hora hablando de lo mucho que se aman y de que existe una “conexión cósmica”entre los dos,es hora de que empiece a tocar el violín. No puedo seguir soportando lo mismo por más tiempo, tengo que hacer algo, lo que sea. De un momento a otra la imagen de Mockus se me viene a la cabeza, tengo que hacer una mockusada, léase “un acto simbólico".

Debo dejar bien en claro que me mamé de tanto amor. Porque el amor es bueno haciéndolo, no viendo cómo lo hacen otros. Pero no me voy a bajar los pantalones para que se callen, no quiero que Irem conozca ESA parte de mí, de esa manera. Mejor le tiro el jugo de limón en los ojos, apuesto que su cara de sufrimiento justificaría cualquier consecuencia. Pero, ¿A quién quiero engañar? Soy cobarde. Mejor me hago el torpe y derramo sobre sus jeans blancos mi juguito que deja manchas.

-“Oh, qué pena, no fue mi intención” nunca había sido mas hipócrita, me parezco a mi ex suegra al saludarme con “agrado”.

-“Tranquilo hermano, no hay problema, voy al baño a limpiarme, ya vengo” responde JPeace.

Por fin sólo con Irem, pienso que los dos haríamos hasta bonita pareja. En realidad no sé que le ha visto al mechudo, hasta piojos deberá tener. Yo siempre me he caracterizado por respetar la mujer del prójimo, no soy gusanero, inclusive con aquellas que me paraban bolas. Pero con Irem es diferente, me gusta, me gusta mucho. Y no solo pienso que es una mamacita, no es sólo lo físico, hay algo más. Es inteligente, divertida, idealista, sensible y noble. Además, tiene los labios más provocadores que haya visto en mi vida. Parezco un idiota viéndola, por estar haciendo eso ni siquiera le hablo. Cuando por fin me decido por conversar llega JPeace.

-“Gracias por el reportaje, ojala esto ayude a creer conciencia en las personas, nos tenemos que ir”. De esa manera termina mi “cita

viernes, 16 de abril de 2010

Capitulo 1: Conózcanme

Mi nombre es Luis, tengo 21 años y se podría decir que mi vida es perfecta si no tuviera uno que otro problema. Mi mamá se divorció de mi papá cuando se dio cuenta que él tenía otra familia, eso fue cuando yo tenía 15. Es por eso que ahora soy el hombre de la casa, quien cuida de Tiffany, mi hermana de 16 años, y de mi mamá.

La relación entre las dos era buena hasta el día que mi mamá vió como Tiffany perdía su virginidad con el profesor de ingles. Tanto "yeah, yeah, oh yeah" la delató. Desde ese día soy el encargado de que la honra de mi hermana no sea mancillada de nuevo, o por lo menos no tan frecuentemente.

Trabajo en El Alfil, una revista que lucha por no ir a la bancarrota, y que nos obligó a suscribirnos anticipadamente por dos años. Lo bueno de mi trabajo es que conozco a personas interesantes: famosos, politicos, y, claro, a la mujer que me dejo mas idiota de lo que soy. La primera vez que la vi fue en una protesta de Greenpeace a favor de la muerte digna de los animales, su alma hippy me embrujó.

Tenia puesto un vestido blanco corto, con collares grandes que mezclados con su cabello rojo mantenían mi mirada en su rostro. Aunque la protesta me parecía tonta al principio, aproveché para conocer mas de la peliroja. Soy periodista le podía preguntar lo que quisiera. Cuando le quise preguntar los motivos de la manifestación me llevó con el líder: un mechudo desgreñado, que, seguramente, estaba trabado.

Su nombre era Juan Pablo, pero le gustaba que lo llamaran "JPeace"...no podía ser mas imbécil el revoltoso verde...Como sea, tenía un reportaje que hacer, y un nombre que conseguir: el de la Hippy bonita! No sé si fue porque la prensa lo seguía, o porqué razón, pero "JPeace" dejó su discurso de amor y paz y atacó a los pocos policias presentes. Sin embargo, con un par de bolillazos dejó el show y a la patrulla lo llevaron. Sin lider, la peliroja sería la protagonista de mi articulo.

Aunque quería acompañar a JPeace a la estación, logré convencerla de que hacia mas bien a "la causa" denunciando en los medios lo sucedido. Por fin supe cómo se llamaba: Irem Strauss. Lo vergonzoso es que me tuvo que repetir 3 veces la correcta pronunciación de su nombre.

- "Se dice "Irám" no Irem. Es Irám, Irám, Irám. NO es tan dificil, o si?"

Con su nombre bien claro, mas de lo que deseaba, lo siguiente fue saber que tenía 20 años, y que estudiaba sociología. Pero, cuando pensé que pasaríamos mas horas hablando, su celular sonó: era el marihuanero, haciendo uso de su derecho a llamar.

- "Me tengo que ir, Juan Pablo me necesita" me dijo con cara de preocupación "¿Me llamas y seguimos con la entrevista otro dia?"

Tenía su numero, sabía su nombre y una excusa para volverla a ver. El conquistador que todo hombre lleva adentro quería salir.

De nuevo en la oficina, estaba pasando las fotos de la protesta y la vi ¿Porqué no investigar un poco mas sobre ella? Facebook, debe tener perfil ahí. Escribí su nombre y su foto fue la primera que apareció. Quería ver mas pero se tomó muy en serio lo de la privacidad. Tambien tenía Twitter, el lugar en el que mejor se puede conocer lo que piensa una persona. Como era de esperarse se estaba quejando,protestando.

Podía llamarla al día siguiente, sin embargo, me tomé un tiempo para "examinarla", algunos dirian que actue como un acosador,pero no fue asi. Encontré que tambien usaba FormSpring, asi que de manera anónima me enteré de sus gustos. The Beatles eran su banda favorita.

Pero ya era hora de entregar el reportaje, asi q la tuve que llamar. Despues de 5 intentos, por fin contestó "soy el periodista, recuerdas"? No era precisamente una cita, tampoco la entrevista de mi vida, pero estaba nervioso. Celular, billetera y a coger bus. Estaba en el lugar 15 minutos antes de lo pactado, aunque generalmente no soy tan puntual, esta excepción la hice con placer.

La veo entrar, esta divina, pero atrás suyo esta el mechudo, ¿no debería estar en un calabozo?